El máximo goleador de Rosario Central, con 105 tantos, Marco Ruben colgó los botines este sábado por la noche tras el triunfo del Canalla frente a Estudiantes. El encuentro tuvo una alta carga emotiva que inició desde el calentamiento y culminó con un emotivo homenaje en el centro de la cancha, donde familiares del nueve junto al plantel auriazul despidieron al ahora ex futbolista.
Con más de 42 mil almas, el Gigante fue una fiesta desde temprano. Hinchas con banderas y pancartas saludaban a su ídolo que se prepara para la última función.
El equipo canalla salía al campo de juego con un parche especial que tenía las siglas “MR9 Leyenda” en honor a su capitán.
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Ruben no quiso ser menos y en todo momento del partido demostraba que quería su gol, pero por sobre todo, ayudar al equipo a ganar. Una característica que lo marcó como profesional.
Con dos salvadas en propia área, Marco dejaba entrever que su labor también era ayudar a la última línea.
El momento más esperado por todos vino a los 8 del complemento, el nuevo estiraba a 105 su goles su cuenta personal en el club.
Sobre el final, una amarilla para demostrar que todavía seguía metido en el partido pese al clima de algarabía que ya vivía el Gigante.
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Al finalizar el partido, el árbitro Giménez le regaló la pelota a Ruben como señal de reconocimiento a si carrera.
De inmediato, la familia de Ruben -integrada por su esposa, hijos, tía y abuela- se acercó a la mitad de la cancha para saludar al goleador. Acto seguido, sus compañeros lo levantaron por los aires al ritmo del cántico de los hinchas que no se retiraban del estadio.
Finalmente, Marco recibió un cuadro con una camiseta que indicaba sus 262 partidos con la institución, donde metió 105, convirtiéndose en el máximo anotador del club y del fútbol rosarino.
