A Fernando Baez Sosa (18) lo mataron el 18 de enero 2020 en Villa Gesell. Los rugbiers que lo golpearon fueron detenidos inmediatamente (eran diez hasta que dos fueron sobreseídos) y desde entonces están presos. Siempre juntos, siempre solos, aislados del resto de la población carcelaria.
Tras un breve paso por seccionales de Gesell y Pinamar, el 29 de enero de 2020 fueron llevados a la Unidad 6 de Dolores, la más antigua de la provincia y -como es regla en las cárceles argentinas- superpoblada. Sin embargo ellos estuvieron siempre juntos, siempre solos.
El 13 de marzo de 2020 se decidió trasladarlos a la Alcaidía Departamental de la Plata N° 3 ubicada en el penal de Melchor Romero, un lugar ideado para estar de paso. Pero allí permanecieron casi tres años. Siempre juntos, siempre solos.
El primer día de este 2023, volvieron a la Unidad 6 de Dolores para participar del juicio oral en su contra que este lunes terminó con cinco condenas a prisión perpetua y tres a 15 años de cárcel.
En las últimas semanas, mientras el veredicto se les venía encima a velocidad de tren bala, dos por celda en un pabellón especial, esperaron que el tribunal decidiera cómo y dónde seguirían su vida. Esperaron siempre juntos, siempre solos.