Hace dos años, Taller Ecologista alertó por primera vez sobre la presencia de líquidos contaminantes procedentes del basural de Ricardone. Este fin de semana, los activistas volvieron a detectar filtraciones de lixiviados en canales pluviales cercanos a las celdas de residuos, un problema que persiste a pesar de las denuncias ante el Municipio de Rosario y la Provincia de Santa Fe.
“Los lixiviados se generan en cualquier acumulación de basura; son esos fluidos oscuros que se observan en el fondo de un tacho y, a mayor escala, en una montaña de desechos. Deben someterse a un tratamiento previo: una vez que alcanzan parámetros físico-químicos autorizados, se autorizan a verter en un curso de agua, como el río Paraná. Sin embargo, encontramos efluentes sin procesar en el entorno del predio”, explicó Mirko Moskat, integrante de Taller Ecologista.
Según Moskat, esa misma jornada se notificó a los organismos oficiales, que acudieron a inspeccionar el lugar, pero no impusieron sanciones ni medidas de remediación. “Tanto la Provincia como el Municipio tienen obligaciones concretas. La primera habilita estas instalaciones y ejerce el control ambiental; la segunda envía la mayor parte de los residuos y cuenta con facultades para monitorear, multar y exigir correcciones”, señaló.
El nuevo hallazgo motivó la toma de muestras de los efluentes; por estos días, se tomaron muestras cuyos análisis confirmaron presencia de cromo y níquel, además de una elevada carga orgánica. Estos compuestos representan un riesgo para la calidad del agua, la fauna y la salud humana al infiltrarse en suelo y cauces naturales.
El basural de Ricardone opera bajo concesión privada, pero su gestión se superpone con responsabilidades estatales. Pese a las reiteradas advertencias, no se observa un plan efectivo de control ni de tratamiento de efluentes. Los vecinos denuncian olores nauseabundos y temen que la contaminación comprometa el abastecimiento del Paraná, principal fuente de agua para la región.
El delegado municipal de Rosario afirmó que se realizarán nuevas inspecciones “en los próximos días”, aunque sin detallar plazos ni posibles sanciones. Por su parte, la Dirección de Residuos de la Provincia comunicó que elevará un informe técnico al Ministerio de Ambiente, aunque reconoció que la falta de recursos y personal dificulta la supervisión permanente.
Organizaciones ambientalistas y vecinos siguen reclamando la clausura de pozos filtrantes y la adopción de sistemas de tratamiento adecuados. Exigen además transparencia en los controles y sanciones ejemplares que garanticen la recuperación de las áreas afectadas. En opinión de Moskat, “la falta de reacción demuestra que el problema no es prioritario para las autoridades, pese a las evidencias científicas”.
Los vecinos anticipan que, de mantenerse la inacción oficial, recurrirán a instancias judiciales para exigir responsabilidades y resarcimiento ambiental.
