La empresa Alimentos Refrigerados S.A. (ARSA), encargada de producir yogures y postres bajo la marca SanCor, fue declarada en quiebra tras el fracaso de un concurso preventivo sin oferentes. El cierre de sus plantas en Buenos Aires y Córdoba dejó sin trabajo a más de 400 empleados.
La firma arrastraba una situación financiera crítica debido a la caída del consumo y al aumento de costos en la cadena láctea. Con la orden judicial de liquidación definitiva, los trabajadores y acreedores deben esperar los trámites correspondientes para la resolución de la masa de la empresa.
Para el sector, el caso de ARSA constituye una señal de alerta sobre la salud del sistema productivo de alimentos, y refuerza el debate sobre la necesidad de políticas de reconversión, mejora de competitividad e incentivos para sostener la producción local.





















