La CGT está inmersa en intensas negociaciones para definir su nueva conducción y evitar una fractura interna en el gremialismo. Las conversaciones giran en torno a la posibilidad de mantener el esquema de triunvirato, aunque con rostros renovados.
Diversos sectores del movimiento obrero —entre ellos los denominados “gordos” y los “independientes”— avanzan en la construcción de consensos, mientras que figuras históricas como Luis Barrionuevo y Hugo Moyano presionan por imponer candidatos que, según aseguran los analistas, aún no reúnen el apoyo suficiente.
El trasfondo del conflicto está vinculado también a la discusión sobre la próxima reforma laboral: la central advirtió que, de no mediar diálogo con el Gobierno, podrían activarse “acciones contundentes”.
Mientras se acerca el mes clave de noviembre, el gremialismo se encuentra en un punto crítico: definir liderazgo o asumir el riesgo de una grieta que debilite su representatividad nacional.




















