La ruta nacional 174, que conecta Rosario con la ciudad entrerriana de Victoria, volvió a estar en el centro de las miradas por su impacto ambiental. En apenas una jornada de patrullaje, el refugio MundoAparte detectó 32 animales silvestres muertos por atropellamientos, en los 60 kilómetros de traza que atraviesan los humedales del Delta del Paraná. El relevamiento fue certificado por escribana pública y se presenta como una prueba clave en el marco de un amparo judicial que busca obligar al Estado a instalar pasafaunas en futuras obras sobre esa vía.
El operativo de control se llevó a cabo el pasado viernes 25 de julio, con un recorrido de ida y vuelta sobre la traza. El balance fue contundente: entre los cadáveres hallados se contaron 13 carpinchos, 5 zorros, 5 lechuzas, 5 caranchos, un coipo, un aguilucho, una tortuga y un ejemplar de yaguarundí, un felino autóctono en situación vulnerable según la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Franco Peruggino, responsable de MundoAparte, remarcó que la situación evidencia la urgencia de adoptar medidas concretas para mitigar el impacto vial sobre la fauna silvestre. “Estos datos se suman como prueba al expediente judicial, que sigue sin resolución definitiva”, señaló.
El recurso de amparo fue presentado inicialmente en el Juzgado Federal N° 2 de Rosario, bajo la órbita de la jueza Sylvia Aramberri. Tras su jubilación, la causa pasó al Juzgado Federal de Victoria, en Entre Ríos, donde el juez Federico Martín se declaró incompetente y remitió el expediente al fuero Contencioso Administrativo de Buenos Aires. La decisión fue apelada por los abogados de MundoAparte, quienes sostienen que el reclamo es ambiental y no meramente administrativo, ya que apunta a incorporar medidas de protección en los pliegos de licitación de Vialidad Nacional.
“El trayecto atraviesa una zona protegida, por lo que es inadmisible que no existan pasos de fauna que reduzcan estos atropellos”, agregó Peruggino. La organización espera que la evidencia notarial acelere la decisión judicial, ya que la traza forma parte de un ecosistema frágil y de altísimo valor ecológico.
Además, el referente ambiental hizo una advertencia aún más inquietante: la cifra de animales muertos fue relevada durante lo que se considera una “temporada baja”. “En invierno hay menos desplazamiento de reptiles, por eso solo se halló una tortuga. Pero en verano aumentan los movimientos de serpientes, yacarés y lagartos. Con el río más alto, los animales se ven obligados a cruzar la ruta más seguido y los atropellan con mayor frecuencia”, explicó.
Según datos de Prefectura Naval, el río se mantiene por debajo de los dos metros desde el 21 de julio, lo que reduce temporalmente la circulación de fauna. Sin embargo, el panorama podría empeorar cuando las condiciones hidrológicas cambien y los animales retomen sus desplazamientos habituales.
La situación reaviva el debate sobre la necesidad de incluir criterios de sustentabilidad en obras viales que atraviesan ecosistemas sensibles. Mientras tanto, los animales siguen pagando el precio de la indiferencia.