Los trabajadores de la histórica fábrica de maquinaria agrícola Vassalli, ubicada en la ciudad de Firmat, volvieron a manifestarse este jueves sobre la Ruta Nacional 33, frente al predio fabril. La protesta responde a una deuda salarial que ya acumula tres meses y a la decisión de la empresa de avanzar con despidos que afectan directamente a la representación gremial.
La situación, calificada de “desesperante” por la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), se intensificó luego de que cuatro delegados del sindicato fueran notificados con intentos de desafuero, prohibición de ingreso a la planta e incluso denuncias penales. Desde la organización gremial consideran que estas medidas son una maniobra de amedrentamiento y un golpe directo a la organización sindical.
“Hubo cuatro intentos de desafueros y de impedir el ingreso de los representantes gremiales a la fábrica, lo cual es mucho más grave. Incluso llegaron a denunciar penalmente a los delegados”, señaló el abogado de la UOM, Pablo Cerra, al remarcar que las cesantías son “absolutamente ilegales”.
El conflicto se suma a la falta de pago de los salarios, que ya afecta el sustento de cientos de familias de la región. La planta, que durante décadas fue símbolo de la producción nacional de cosechadoras, atraviesa un proceso de crisis que en el último tiempo se profundizó por la falta de acuerdos entre los empresarios y el gremio metalúrgico.
En paralelo, la compañía contrató recientemente a la abogada y dirigente de La Libertad Avanza, Florencia Arietto, quien asumió la estrategia legal de la patronal. Desde su llegada, la disputa escaló en el plano político y mediático: a través de videos difundidos en redes sociales, Arietto acusó a los dirigentes de la UOM de conformar una “mafia” que obstaculiza el funcionamiento de la fábrica. La jugada, sin embargo, no logró fracturar la unidad de los trabajadores, que hasta ahora mantienen firme la retención de tareas y la continuidad de las medidas de fuerza.
El gremio metalúrgico insiste en que el camino para superar la crisis pasa por el diálogo y por el respeto de los derechos laborales básicos, entre ellos el pago de los sueldos adeudados y la garantía de que los representantes gremiales puedan ejercer libremente su tarea. “Estamos frente a una situación crítica que no solo compromete a los trabajadores de Vassalli, sino también a toda la comunidad de Firmat, que depende en gran medida de la actividad de la fábrica”, advirtió Cerra.
Por lo pronto, las protestas sobre la ruta y en los accesos a la planta continuarán mientras no haya señales de la empresa para regularizar los salarios y retrotraer las medidas contra los delegados.