El partido entre Camerún y Serbia fue uno de los más atractivos del torneo mundialista por su cantidad de goles, sus cambios de dominio y también por brindar la particularidad de la excepción a la regla: El gol que no se festejó por posición adelantada que finalmente fue válidado por el VAR.
El encuentro mostró su paridad desde el comienzo y sobre los 28 minutos a la salida de un córner, fue Camerún el equipo que se puso en ventaja 1 a 0 cn gol del francés nacionalizado camerunes Castelletto. Sin embargo sobre el final del primer tiempo, Serbia encontró dos goles seguidos en el tiempo adicional y se fue al descanso por 2 a 1.
Camerún salió decidido a buscar el empate, pero en pocos minutos los europeos aumentaron el marcador en una jugada de una enorme cantidad de toques en el ataque serbio que finalizó con un pase a la red del número 9 Aleksandar Mitrović.
Diez minutos después llegaría la jugada particular que se enmarca en este nuevo uso del Var semiautomático que tanta incomodidad viene generando a las gargantas de hinchas y jugadores a la hora de gritar un gol. Es que la recomendación ante una jugada en “posición adelantada” es dejar seguir, para que luego el VAR determine si el jugador está o no en offside. De esta manera (y si una selección lo sabe bien es Argentina) hay muchos goles que se gritan, se festejan y luego son anuados, sin embargo en el descuento de Camerún pasó todo lo contario.
Una jugada rápida para los africanos y tras un pase largo Aboubakar apareció completamente solo para definir de emboquillada con una exquisita sutileza, sin embargo, al verse tan solo y con la bandera levantada del juez de línea, el camerunes no atinó a festejar siquiera su gol. Sin embargo, mientras la transmisión imaginaba la anulación del gol, una repetición pareció mostrar que a la partida del pase podría estar el jugador habilitado y finalmente el VAR convalidó la posición y por ende el gol y la sonrisa de Aboubakar coronó un prácticamente no festejo que si llegó en forma desenfrenada minutos después cuando Choupo-Moting coronó el empate final tras la habilitación del propio Aboubakar.