La Justicia de Familia de Rosario declaró a un joven como hijo de un hombre fallecido hace 8 años. El joven, con el patrocinio de los abogados Luciano Taborra y María Monteresino, presentó una demanda de reclamación de filiación post morten.
Relató que su madre mantuvo una relación amorosa con quien es el padre biológico del reclamante, pero al encontrarse la progenitora aún unida en matrimonio con otro hombre, fue reconocido y anotado como hijo del matrimonio.
La progenitora al separarse de su esposo comenzó una relación sentimental con otro hombre en el año 1996, conviviendo en familia durante más de quince años. Durante la niñez y adolescencia, la nueva pareja de la madre cumplió su rol paterno en todos los aspectos de la vida.
Se ordena convocar a los herederos del hombre fallecido, pero como no se presentaron se los declaró en rebeldía. El estudio de ADN con prueba cadavérica dio como resultado la probabilidad de paternidad del 99,99%.
La Justicia de Familia destacó que la prueba pericial biológica resulta decisiva por el grado de certeza que reviste en virtud de los desarrollos científicos alcanzados. En efecto, el perfeccionamiento de las técnicas genéticas y la consecuente mayor exactitud probatoria permitieron a la doctrina y jurisprudencia calificar a la prueba biológica como la prueba por excelencia en esta materia, otorgándole una certeza casi absoluta.
Agregó que “el Juez de Familia debe ser un magistrado comprometido con el conflicto capaz de tomar las decisiones adecuadas para solucionarlo, con facultades para proteger a las personas, en especial a los más vulnerables o aquellos que se encuentren en situaciones de vulnerabilidad”.
A partir de ahora quien inició la demanda de filiación pasará a tener el apellido de su progenitor. Por su parte, el juez en lo civil y comercial, Marcelo Quiroga, declaró al joven como único y universal heredero de su padre biológico fallecido y le otorga la posesión de los bienes de la herencia.