El presidente Javier Milei viajó hoy a Bahía Blanca para supervisar personalmente las tareas de asistencia a las víctimas del devastador temporal que azotó la ciudad. El desastre climático, que dejó hasta el momento un saldo provisional de 16 víctimas fatales, decenas de desaparecidos y daños materiales cuantiosos, motivó la visita del mandatario en medio de un marcado hermetismo oficial.
Milei partió desde el Aeroparque Jorge Newbery a las 6.30 de la mañana, acompañado únicamente por su hermana Karina y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. En el más absoluto secreto, arribaron a Bahía Blanca para evaluar directamente el despliegue operativo en la zona, mantener contacto con el intendente Federico Susbielles, y conversar con las familias más afectadas.
La visita presidencial se manejó con suma discreción para evitar mayores tensiones políticas, especialmente luego de que, en los últimos días, emergieran diferencias entre el gobierno nacional y la administración provincial encabezada por Axel Kicillof. Aunque al comienzo ambas administraciones trabajaron coordinadamente, desde el lunes surgieron fuertes roces entre funcionarios provinciales y nacionales.
El Ejecutivo nacional destinó desde el primer momento varios recursos a Bahía Blanca para atender la emergencia. Entre otras medidas, se dispuso el envío de varios aviones Hércules con mercadería y provisiones básicas, además de recursos logísticos y humanos. El operativo también incluyó la asignación de fondos de emergencia, con una cifra inicial estimada superior a los 400 mil millones de pesos para tareas de reconstrucción de infraestructura dañada, viviendas y rutas seriamente afectadas.
El presidente Milei partió a las 6:30 desde Buenos Aires acompañado por su hermana y la ministra Patricia Bullrich, quien coordina parte de las tareas oficiales de asistencia. Según trascendió, el presidente buscaba verificar especialmente cómo se desarrolla el trabajo conjunto entre los distintos niveles del Estado y comprobar de primera mano el avance del dispositivo de asistencia y rescate desplegado en Bahía Blanca.
Desde el lunes se observan fricciones entre el gobierno provincial de Axel Kicillof y la administración libertaria nacional. Aunque inicialmente hubo un clima colaborativo, las diferencias políticas comenzaron a aflorar, generando preocupación respecto de la eficacia en la coordinación de los esfuerzos.
La tragedia en Bahía Blanca puso en evidencia la magnitud de los daños generados por el temporal, con miles de viviendas afectadas y decenas de barrios devastados por el avance del agua. Entre los casos más dramáticos que concentran la atención pública está el de Pilar y Delfina, dos pequeñas hermanas de 3 y 7 años, arrastradas por la corriente, cuya búsqueda aún continúa.
Milei, en conjunto con la ministra Patricia Bullrich y su hermana Karina, se trasladó en estricto secreto desde Aeroparque hacia el epicentro del desastre alrededor de las 6.30 de la mañana, manteniendo la visita bajo reserva hasta último momento para reducir especulaciones políticas y centrarse exclusivamente en la ayuda humanitaria.