El ex director regional de la AFIP en Rosario, Carlos Andrés Vaudagna, renovó el caos en los pasillos judiciales al declarar, ante seis fiscales federales hace un mes, cómo se tejió un plan de extorsión contra dos corredores de bolsa de la ciudad. Según su testimonio, el juez federal Marcelo Bailaque fue pieza clave en la confección de una causa por supuesto lavado de activos y, junto a él, actuó con determinación el empresario financiero Fernando Whpei.
Vaudagna describió a Whpei como un hombre de enorme influencia, con conexiones en los más altos niveles de la política nacional y control de la inteligencia local. Precisó que el financista era “el nexo con el juez y la AFIP” y que circulaba la versión de que ejercía control sobre la Secretaría de Inteligencia en Rosario. Su actuación, según el ex funcionario, resultó determinante para que la causa anónima que implicaba a Claudio Iglesias y Jorge Oneto avanzara con rapidez.
A raíz de la declaración de Vaudagna, Whpei quedó a un paso de ser formalmente imputado por extorsión. Hace dos semanas, la Policía de Seguridad Aeroportuaria allanó sus domicilios en dos oportunas intervenciones ordenadas por los fiscales Juan Argibay Molina y Matías Scilabra. El empresario maneja el grupo Unión y la Mutual de Jubilados, Retirados y Pensionados de la provincia, y en 2019 inauguró el Museo de la Democracia en el histórico Palacio Fuentes, donde se exhibe, entre otros tesoros, el diario de marcha de Manuel Belgrano.
El 11 de abril último, la PSA irrumpió también en ese museo, ubicado en Santa Fe y Sarmiento, y en su lujosa residencia sobre la calle Santiago. Aunque su fachada no revela lujos, quienes han ingresado relatan un patio vigilado por guardias armados, un amplio jardín de invierno y espacios interiores decorados con barras de tragos y un enorme cuadro de Marlon Brando en “El Padrino”.
Un mes después de haber aceptado el régimen de “arrepentido”, el contenido de la indagatoria de Vaudagna sacude el entramado político, empresarial y judicial de Santa Fe. Relató con detalle cómo, durante un asado en el edificio del juzgado de Bailaque, se gestó el expediente contra Iglesias y Oneto a partir de una denuncia anónima sin soporte probatorio. “Esta causa es muy pesada, te puede complicar: hay gente de arriba en Buenos Aires que impulsa esto. Podemos ayudarte; yo tengo llegada al juez y a la AFIP”, habría aconsejado Whpei al corredor Claudio Iglesias, según su propio relato.
En su colaboración con la Fiscalía, Vaudagna confirmó que Whpei asistía con frecuencia a encuentros sociales con Bailaque, incluida la inauguración del museo, y que se mantuvo al tanto del avance de la maniobra extorsiva. Los investigadores, en su exposición de noviembre pasado ante el tribunal federal, detallaron que la acusación anónima señalaba a Iglesias y Oneto de manejar fondos de origen delictivo a través de “mesas de dinero”, sin aportar datos concretos ni pruebas.
Como parte del acuerdo de cooperación, Vaudagna aportó datos sobre los montos exigidos para frenar la causa: u$s200.000, de los cuales habrían ingresado u$s40.000. Sin embargo, tras las indagatorias de los dos operadores bursátiles, en 2021 Bailaque dictó falta de mérito y dejó el expediente en un limbo judicial. La causa quedó congelada hasta 2023, cuando los defensores solicitaron el sobreseimiento definitivo ante la falta de diligencias fiscales.
Con la declaración de Vaudagna al descubierto, la Justicia encara ahora la fase decisiva: determinar en qué medida Fernando Whpei y el entorno del juez Bailaque actuaron para crear una presión ilegal sobre dos empresarios de Rosario, y si corresponde avanzar con nuevas imputaciones o acusaciones formales.