Minutos antes del inicio del debate entre candidatos a legisladores porteños en el Canal de la Ciudad, Santiago Caputo protagonizó un tenso episodio con el fotógrafo de Tiempo, Antonio Becerra. Mientras se registraba en el mostrador de la antesala del estudio, Becerra, que estaba acreditado y debidamente identificado, comenzó a tomarle fotografías al asesor presidencial.
Según el propio reportero gráfico, al darse cuenta de que era retratado, Caputo se acercó abruptamente, le arrebató la credencial y, tras examinarla, la fotografió con su teléfono. “Vos sos un desubicado”, le dijo luego, tras devolverle el documento. El intercambio, que no duró más que unos segundos, dejó en evidencia un gesto de intimidación hacia un trabajador de prensa que cumplía con las normas de cobertura.
Caputo, mano derecha del presidente Javier Milei pese a no ocupar formalmente un cargo en el Ejecutivo, llegó al canal flanqueado por custodios y rechazó toda solicitud de declaraciones por parte de los periodistas apostados en la vereda. El episodio abre interrogantes sobre los límites de la acción de quienes representan al Gobierno frente a la prensa: ¿por qué se dirigió con tal agresividad hacia Becerra? ¿Qué motivó su interés por la credencial que acredita al fotógrafo? Hasta ahora, ni Caputo ni otros voceros oficiales han ofrecido explicación alguna.