Ante la caída en las reservas del Banco Central y la escalada del dólar mayorista, el Gobierno nacional decidió suspender temporalmente las retenciones a las exportaciones de granos hasta el 31 de octubre, o hasta que las declaraciones juradas de exportación alcancen los USD 7.000 millones, lo que suceda primero.
La medida fue anunciada por el vocero presidencial Manuel Adorni, como parte de una estrategia para aumentar la disponibilidad de divisas ante la creciente presión cambiaria. Con esta suspensión, los productores de soja, trigo, maíz, cebada, sorgo y girasol quedarán libres del impuesto que normalmente gravaría sus exportaciones.
El distintivo anuncio tomó por sorpresa a las entidades agropecuarias. El presidente de la Sociedad Rural manifestó desconocer los detalles del decreto hasta que fue divulgado públicamente. Pese a la sorpresa, algunos sectores rurales apoyaron la medida, al considerarla un alivio para productores que reclamaban algún tipo de compensación frente a la carga impositiva.
Desde las cámaras cerealistas destacaron que la suspensión de retenciones puede generar un estímulo en las operaciones de exportación y, por consiguiente, una mayor entrada de dólares al mercado. Sin embargo, advirtieron que el rendimiento real dependerá de cuánto volumen de grano esté disponible, ya que muchos productores guardan existencias para mantener reservas ante escenarios de inflación o devaluación.
El cambio normativo se produce en un momento de fuerte volatilidad financiera. Las cotizaciones alternativas del dólar se acercaron recientemente a los $1.600, mientras que el valor oficial mayorista tocó el techo superior de la banda de flotación. Este contexto acentuó la demanda de divisas y aumentó la presión sobre las reservas internacionales, obligando al Estado a tomar medidas urgentes para contener la corrida cambiaria.
En paralelo, el riesgo país escaló hasta superar los 1.500 puntos, reflejo de la desconfianza de los inversores ante la coyuntura económica. Las bonos y acciones mostraron caídas, y los agentes financieros evalúan con cautela las decisiones del gobierno.
Esta decisión de suspender las retenciones se suma a otros pasos previos orientados a aliviar la carga impositiva del campo, como la reducción aplicada más temprano en el año. La diferencia ahora es que el beneficio es temporal pero con efectos visibles: la expectativa de liquidación de granos crece en el sector agroexportador, que mira con interés el momento para concretar ventas.
En definitiva, la medida busca generar un flujo de dólares al corto plazo para aliviar al Estado ante el desbalance cambiario, al mismo tiempo que responde a demandas de los productores que padecen los costos actuales y buscan previsibilidad.