El Fondo Monetario Internacional (FMI) dejó en claro que el acuerdo con Argentina no está sujeto a la aprobación del Congreso Nacional, sino que la decisión última recae exclusivamente en el Gobierno de Javier Milei. La vocera del organismo, Julie Kozack, explicó que esta postura responde a la normativa interna del país y evitó referirse a la posibilidad de nuevos desembolsos.
“La legislación argentina determina que el respaldo del Congreso es una cuestión que depende de las autoridades nacionales”, señaló Kozack en su habitual conferencia de prensa desde Washington.
Más temprano, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, había manifestado en una entrevista radial que el acuerdo no podría ser aprobado mediante decreto, ya que el FMI exige seguridad jurídica. Sin embargo, las declaraciones de Kozack desmintieron esta afirmación al aclarar que no es un requisito del organismo multilateral obtener el aval parlamentario para avanzar con las negociaciones.
Diálogo en marcha y perspectivas de financiamiento Las conversaciones entre el Ejecutivo y el FMI continúan sin definiciones concretas en torno a los montos y plazos de un nuevo programa financiero. “Estamos logrando avances significativos y mantenemos un diálogo constructivo con las autoridades argentinas”, indicó Kozack. Además, subrayó la importancia de contar con “un amplio respaldo” para garantizar el éxito del plan económico impulsado por el gobierno.
A nivel internacional, el banco UBS publicó recientemente un informe en el que estimó que el nuevo acuerdo podría alcanzar los USD 20.000 millones, una suma que permitiría cubrir los compromisos de pago con el FMI durante el mandato de Milei, incluyendo vencimientos de capital e intereses.
El papel del Congreso y la estrategia del Gobierno En su discurso ante la Asamblea Legislativa, el presidente Milei instó a los legisladores a aprobar el acuerdo con el FMI, aunque el oficialismo no impulsa un debate integral sobre el programa. La intención del Ejecutivo es obtener autorización para contraer nueva deuda sin dar a conocer los detalles del plan económico a largo plazo.
Por su parte, el FMI enfatizó que un programa exitoso requiere de un “fuerte respaldo político y social”, aunque sin imponer la aprobación parlamentaria como condición indispensable. No obstante, contar con el visto bueno del Congreso facilitaría la validación del acuerdo en el Directorio Ejecutivo del organismo, donde el apoyo de Estados Unidos juega un rol determinante.