Este fin de semana comenzaron a realizarse test sorpresivos y aleatorio con el fin de garantizar un uso seguro del Paraná. En total, se hicieron 69 controles, de los cuales solo tres dieron positivo, aunque por debajo del límite permitido en el río.
La Secretaría de Control municipal, en conjunto con la Prefectura Naval Argentina, puso en marcha nuevos protocolos para garantizar un uso más seguro del río Paraná. En ese marco, este fin de semana comenzaron a realizarse test sorpresivos y aleatorios de alcoholemia en clubes y guarderías náuticas de la ciudad.
En total, se testearos a 69 conductores de embarcaciones. Y sólo tres de esos análisis arrojaron positivo, pero sin superar el límite de 0,5 gramos de alcohol por litro de sangre, admitido para conducir lanchas o veleros.

Los operativos se instrumentaron con agentes de Prefectura e inspectores de la Dirección de Tránsito municipal, quienes se instalaron de forma aleatoria y temporal en muelles de distintas guarderías y clubes náuticos de la ciudad. Los controles se hicieron abarcando diferentes espacios y franjas horarias.
“La experiencia fue muy buena. Los propios conductores y quienes salieron al río, como así también desde las guarderías, nos manifestaron en general que estaban de acuerdo con que hagamos este tipo de controles. Absolutamente todos mostraron una gran predisposición y no hubo un solo inconveniente. Esto recién es el comienzo. La idea es incrementar los testeos con el inicio de la temporada y el mayor movimiento en el río”, señaló el secretario de Control municipal, Diego Herrera, quien además aclaró que como el río es potestad de Prefectura, las leyes plantean el 0.5 de alcoholemia como máximo posible de alcohol en sangre a diferencia de lo que ocurre en la ciudad de Rosario, en cuyo égido urbano la tolerancia es cero.






















