El gobierno municipal de Granadero Baigorria lanzó un nuevo proceso de licitación para concesionar por 30 años el uso y explotación de una zona de la Isla de los Mástiles.
La medida, impulsada por el intendente Adrián Maglia y el secretario de Obras y Servicios Públicos, Martín Tartarelli, despertó preocupación entre organizaciones ambientales y vecinos, que denuncian la falta de transparencia y participación. La historia de esta isla, un valioso humedal ubicado frente a la ciudad, está atravesada por conflictos entre la preservación ambiental y proyectos de desarrollo.
En 2020, denuncias sobre ventas irregulares de tierras fiscales y actividad ganadera impulsaron la creación de la Comisión Intersectorial Reserva Isla de los Mástiles. Gracias a su presión, se aprobó la Ordenanza N° 5621/20, que declara al área como “reserva natural protegida”. Sin embargo, el texto aprobado permitió excepciones que habilitan posibles emprendimientos privados, lo que generó críticas por parte de las organizaciones excluidas del debate legislativo.
En 2021, la Municipalidad ya había intentado concesionar el predio y el transporte náutico asociado. Pese a que la isla no es de propiedad municipal —fue cedida en comodato por la Provincia en 1997 con fines de uso comunitario y forestación—, el Ejecutivo avanzó con el proceso, lo que motivó nuevas denuncias por violación de normas provinciales y locales. La licitación finalmente fue retirada.
No obstante, en diciembre de 2024, el Ejecutivo reactivó la iniciativa con una presentación al Concejo para declarar “de interés municipal” un nuevo proyecto privado en el sector del parador Puerto Pirata. Según trascendió, varios concejales desconocían el contenido del expediente, que habría sido resguardado por el presidente de la comisión de gobierno, Javier Minetti. Fue recién en abril de 2025 cuando la concejala Gisela Da Ponte compartió detalles del proyecto.
Las críticas apuntan a un accionar unilateral del Ejecutivo, sin el aval del comité intersectorial ni el tratamiento formal en el Concejo, como exige la ordenanza vigente. Además, se señala la falta de respuesta a pedidos de acceso a la información y un clima de temor entre los vecinos que buscan preservar el lugar.
El futuro de la Isla de los Mástiles vuelve a estar en disputa. Mientras la ciudadanía reclama transparencia y respeto por el carácter protegido del ecosistema, el Ejecutivo municipal insiste en avanzar con un modelo de concesión que pone en duda los principios de participación y sustentabilidad.