Durante una nueva reunión del Concejo Consultivo del Transporte, vecinos de distintos barrios de la Ciudad volvieron a expresar su preocupación por las deficiencias del sistema de transporte urbano, con reclamos centrados en la falta de frecuencia, la modificación de recorridos y la ausencia de unidades en horarios nocturnos.
Uno de los planteos más insistentes vino por parte de los habitantes de barrio Godoy y Tío Rolo, donde algunas líneas directamente dejaron de ingresar durante la noche, dejando a los vecinos sin conectividad. La situación se vuelve especialmente crítica para quienes necesitan trasladarse por razones laborales o médicas en horarios no convencionales.
Silvana Teisa, secretaria de la Oficina Municipal de Defensa de Consumidor, participó del encuentro y llevó los reclamos que reciben a diario en la dependencia. “Trajimos una queja puntual de vecinos de la zona de la Siberia. Desde que se instaló la dársena sobre calle Necochea, varias líneas cambiaron su recorrido. Esto dejó aislados a los barrios cercanos e incluso a un asentamiento popular ubicado más atrás, que ahora queda lejos de las paradas”, explicó.
El mayor temor, según Teisa, tiene que ver con la inseguridad vial: “Los chicos que van a las escuelas o los vecinos que deben llegar a los hospitales cercanos tienen que cruzar Necochea, una arteria con alto flujo vehicular. Es muy riesgoso, sobre todo para menores”.
Durante la reunión también se debatió la incorporación de nuevas unidades al sistema. Según plantearon los representantes vecinales, los nuevos colectivos no están aumentando la cantidad de unidades en circulación, sino que reemplazan a los más antiguos, lo cual no mejora la frecuencia del servicio.
“Todavía no logramos alcanzar la flota que teníamos antes de la pandemia. Esto demuestra que los reclamos que recibimos todos los días son legítimos: las líneas tienen frecuencias muy bajas, con demoras que en algunos casos superan los 40 minutos”, advirtieron desde el Concejo.
La preocupación principal sigue siendo la exclusión de ciertos barrios del servicio, sobre todo durante la noche. El hecho de que líneas completas no ingresen en esos horarios genera una situación de desigualdad en el acceso al transporte público, afectando especialmente a quienes viven en zonas más alejadas del centro.