Desde hace más de un año, los vecinos de la zona de avenida Travesía al 500, en la ciudad de Rosario, conviven con un grave problema sanitario: cloacas tapadas, aguas servidas rebalsando en las veredas y un olor permanente que, según denuncian, vuelve la vida cotidiana “insostenible”.
Romina, una de las habitantes afectadas, explicó que el inconveniente comenzó hace un año y dos meses, y que a pesar de los múltiples reclamos realizados a las autoridades correspondientes, no han obtenido ninguna solución concreta. “Tenemos aguas servidas sobre las veredas. El olor entra a las casas, las cloacas están todas tapadas. Es imposible vivir así”, afirmó.
El último contacto con la empresa Aguas Santafesinas ocurrió el martes por la mañana, cuando —según relatan— un equipo técnico se acercó, observó la situación y se retiró sin intervenir ni brindar explicaciones. Desde entonces, aseguran, no han recibido respuesta alguna.
Los vecinos han presentado notas formales, juntaron firmas, realizaron reclamos en la Municipalidad e incluso acudieron al centro municipal de distrito Villa Hortensia, pero no han tenido avances. “La situación sigue igual. Nadie nos presta atención. Es como si estuviéramos olvidados”, sostuvo Romina con frustración.
Además del fuerte olor que impregna las viviendas, los líquidos cloacales han generado una capa de musgo espeso sobre las veredas, lo que ha provocado accidentes. “Ya se han caído personas. Nosotros mismos tenemos que caminar por la calle porque las veredas son intransitables”, denunció.
La avenida Travesía es una vía de circulación intensa, por lo que transitar por la calzada implica un riesgo adicional, especialmente para personas mayores, niños y personas con movilidad reducida.
El reclamo apunta tanto a Aguas Santafesinas como a la Municipalidad de Rosario. Los vecinos exigen una solución inmediata y advierten que, si no hay respuestas en el corto plazo, organizarán nuevas acciones para visibilizar el problema. “No se trata solo de una incomodidad, estamos hablando de salud pública. Esto es insalubre, inseguro y nadie nos escucha”, concluyó Romina.
Mientras tanto, la comunidad de Travesía al 500 continúa enfrentando diariamente las consecuencias de un sistema colapsado y la indiferencia de las autoridades responsables, a la espera de que finalmente llegue una solución definitiva.