Vecinos de la calle Juan José Paso al 600, en el barrio de Arroyito, denunciaron que, cada vez que juega Rosario Central, quedan atrapados en sus casas debido al bloqueo de la vereda por hinchas que estacionan sus autos sobre las aceras. El último fin de semana, una persona en silla de ruedas y una mujer con cochecito de bebé quedaron imposibilitados de transitar, lo que generó malestar en la comunidad. Testigos relataron que la mujer parecía embarazada y se esforzaba por avanzar sin éxito, mientras automóviles cruzaban su camino.
Los residentes aseguran que, desde Boulevard Avellaneda hasta Echeverría, las aceras quedan completamente obstruidas. “Estacionan arriba de la vereda y de los garajes, rompen el pavimento y dificultan el paso de peatones”, relató una vecina. Según los afectados, la situación se repite cada vez que el club local disputa un partido en su estadio.
Daniel, vecino de la cuadra, dialogó con VersiónRosario y afirmó que existe una “jefa de trapitos” que coordina el estacionamiento irregular, que se llama Cristina. A pesar de los reclamos, las autoridades parecen no tomar medidas efectivas: la Guardia Urbana recibe las denuncias, la policía sostiene que no puede intervenir y la Dirección de Tránsito justifica su falta de respuesta en que su personal está asignado a cubrir servicios adicionales en la zona del estadio.
Los vecinos critican la doble vara del municipio: por un lado, exige a los frentistas que mantengan sus veredas en buen estado; por otro, permite que los vehículos invadan el espacio peatonal sin supervisión. “Si un día ocurre un incendio en las viviendas cercanas al club, los bomberos no podrán ingresar”, advirtió un habitante. Este riesgo pone en evidencia la falta de control y planificación en los días de partido.
El sector educativo también sufre las consecuencias: el Ministerio de Educación de Santa Fe dispuso que el personal docente y no docente con domicilio a más de veinte cuadras de la escuela no debía asistir, debido a la imposibilidad de desplazarse. Además, algunas instituciones, como la Universidad Tecnológica Nacional, optaron por dictar clases de forma virtual durante la jornada.
La creciente tensión llevó a que los vecinos organizaran asambleas y presentaran múltiples denuncias ante distintos estamentos. Sin embargo, a pocos días del nuevo encuentro deportivo, los residentes temen que la situación vuelva a repetirse. Reclaman la presencia de agentes de control y la aplicación de multas para desalentar la ocupación indebida de la acera.
En la última reunión con funcionarios municipales, los vecinos propusieron establecer corredores peatonales delimitados, reforzar los patrullajes y designar un equipo específico de Tránsito para supervisar el ordenamiento vehicular. También solicitaron que se realicen inspecciones durante los días de partido y que se habiliten operativos sorpresa. Hasta el momento, no recibieron una respuesta concreta ni un plan de acción que garantice el libre tránsito.
Además, los vecinos anunciaron que lanzarán un petitorio digital para reunir firmas y elevarlo al Concejo Municipal. Pretenden sumar al reclamo la adhesión de comerciantes y padres de estudiantes de la zona. Señalan que la visibilidad de la protesta podría acelerar la implementación de sanciones y la mejora de la infraestructura peatonal.
Los vecinos advierten que, si no se adoptan medidas severas, seguirán padeciendo molestias y riesgos por el estacionamiento en las veredas. Exigen voluntad política y coordinación entre las áreas de Gobierno para garantizar que en días de partido las aceras permanezcan totalmente libres.
