En plena vereda de Avellaneda al 600 bis, justo frente a las oficinas de Aguas Santafesinas, un socavón de más de un metro de diámetro se convierte día tras día en una trampa urbana. A un mes de su aparición, la cavidad sigue sin intervención oficial y representa un riesgo constante para peatones, vecinos y personas mayores que asisten a realizar trámites.
“El pozo apareció de un día para el otro y no para de agrandarse. Se nota que es profundo, sobre todo después de cada lluvia”, relató Horacio, un vecino de la cuadra, consultado por VersiónRosario. La preocupación en el barrio crece, no solo por la falta de reparaciones, sino por la completa ausencia de señalización oficial. No hay corralito, cintas ni carteles que adviertan el peligro. Solo ramas secas, colocadas por los propios vecinos, intentan alertar a quienes transitan por el lugar.

La escena se repite a diario: adultos mayores que salen de las oficinas de Aguas Santafesinas esquivan el socavón con dificultad, mientras otros transeúntes y personas que hacen actividad física en la zona pasan corriendo a centímetros del borde, sin imaginar que podrían terminar dentro del pozo.
Desde Aguas Santafesinas aclararon a este medio que el socavón es responsabilidad de la Municipalidad y que no tiene que ver con la instalaciones de la planta potabilizadora.
“Yo mismo puse una rama para que se vea, porque es un peligro. Me sorprende que teniendo el pozo justo en su puerta, la empresa no haya tomado ninguna medida. Es evidente. No hace falta que alguien lo denuncie, solo hay que salir a la vereda”, agregó Horacio.

A la preocupación por el deterioro del pavimento se suma la acumulación de residuos. El hueco en el suelo parece haberse transformado en un depósito improvisado de basura, lo que agrava el cuadro de abandono. “La gente va tirando cosas ahí. Entre el pozo, el agua y la basura, esto va a terminar peor”, lamentó otro vecino.
Los reclamos formales ante la Municipalidad o la empresa responsable, de acuerdo a testimonios de los residentes, no han tenido respuesta hasta el momento. La falta de acción ya generó malestar entre quienes viven en la zona y temen que, sin intervención inmediata, el socavón se transforme en un accidente anunciado.
Mientras tanto, los vecinos hacen lo que pueden para prevenir una tragedia: improvisan señales con ramas, advierten a quienes caminan por el lugar y denuncian públicamente una situación que, aunque visible, sigue sin solución.