Agustín López Gagliasso, de 20 años, será sometido a juicio oral y público por el fatal siniestro ocurrido en enero de este año en la zona de avenida Illia y Presidente Roca, donde perdieron la vida Tania Gandolfi, de 40 años, y su hija Agustina García, de 17. El Ministerio Público de la Acusación solicitó que sea juzgado por homicidio simple con dolo eventual y pidió una condena de 18 años de prisión efectiva.
El hecho ocurrió el 21 de enero por la noche, cuando la familia oriunda de Córdoba se encontraba en Rosario como parte de sus vacaciones. Mientras caminaban por la costanera, fueron embestidos por un vehículo que, según consta en la acusación, circulaba a una velocidad superior a los 120 kilómetros por hora y realizó una maniobra de sobrepaso imprudente. A raíz del impacto, la madre y su hija murieron en el acto.
Además, resultaron con heridas de diversa consideración el padre de la familia, una niña de seis años y la acompañante del conductor, quien también tenía 20 años al momento del siniestro.
La solicitud de elevación a juicio fue presentada por las fiscales Valeria Piazza Iglesias y Mariana Prunotto, quienes sostienen que la conducta del imputado demuestra una indiferencia temeraria ante las posibles consecuencias de sus actos. Por ello, consideran que se configura el dolo eventual, es decir, que el acusado debió representarse el resultado fatal como probable al conducir de esa manera y, aun así, decidió continuar.
Junto con la pena de prisión, la Fiscalía solicitó también una inhabilitación especial para conducir vehículos por el plazo de 10 años. El proceso judicial se encamina ahora hacia la instancia oral, donde se determinará la responsabilidad penal del joven.
El caso generó una fuerte conmoción pública en su momento, no solo por la pérdida irreparable de dos vidas sino también por el perfil de las víctimas: una familia que se encontraba de paso en la ciudad, disfrutando de un viaje que terminó en tragedia. La comunidad cordobesa y organizaciones de víctimas de siniestros viales acompañaron el pedido de justicia, reclamando una sanción ejemplar ante conductas temerarias al volante.
La elevación a juicio representa un paso clave en el proceso judicial y mantiene el foco sobre la necesidad de mayor responsabilidad y conciencia en la conducción, especialmente en zonas urbanas transitadas.