El fallo de la Corte Suprema que ratificó la condena a la exmandataria Cristina Fernández de Kirchner desató una fuerte reacción política y social. En respuesta, el Gobierno nacional valló el Congreso y desplegó un intenso operativo de seguridad que derivó en incidentes con manifestantes pasadas las 16, cuando una columna comenzó a movilizarse por Avenida de Mayo. Entre los presentes se encontraban jubilados, agrupaciones sindicales, militantes peronistas y sectores estudiantiles.
La protesta se dirigió hacia Plaza de Mayo, donde confluyó con trabajadores del Hospital Garrahan que se encontraban de paro por segundo día consecutivo. A ellos se sumaron docentes y estudiantes de la UBA, sin que se registraran nuevos enfrentamientos. Al mismo tiempo, otro foco de movilización se dio en el barrio porteño de Constitución, donde simpatizantes de la expresidenta montaron una vigilia frente a su casa.
Cristina Fernández, acompañada por su hijo Máximo Kirchner, saludó desde el balcón a los militantes, tal como lo hizo la noche anterior. En paralelo, rectores y vicerrectores de universidades públicas publicaron un comunicado en defensa de la exmandataria, señalando que el fallo “afecta la democracia” y constituye “un golpe al corazón del sistema republicano”, advirtiendo sobre una “doble vara” judicial que, según afirmaron, perjudica a un solo sector político.
