En la madrugada de este miércoles las estaciones de servicio de Rosario actualizaron sus pizarras nuevamente y el litro de nafta aumentó en promedio unos $ 25, marcando la segunda suba del mes. Sin aviso oficial previo, los conductores se toparon con un nuevo golpe al bolsillo y volvieron a registrar tarifas superiores al ritmo salarial.
Entre las petroleras locales, una de las primeras en aplicar el cambio fue YPF, que ajustó de inmediato sus valores. El repunte se produce apenas días después de otro incremento similar y evidencia la tensión que atraviesa el sector energético.
Los analistas advierten que este tipo de incrementos anticipados ante la falta de aviso oficial pueden generar distorsiones en el presupuesto doméstico, ya que los consumidores no pueden prever ni ajustar sus gastos con antelación. Por su parte, desde las estaciones de servicio señalan que los costos logísticos, de impuestos y el traslado explican, en parte, la decisión de remarcar de forma rápida.
El nuevo tramo de precios llega en un contexto de inflación estructural y debilidad del poder adquisitivo. Usuarios y asociaciones de defensa del consumidor estiman que los ajustes impactan con mayor fuerza en vehículos de uso diario y transportes urbanos, donde cada centavo adicional se transfiere directamente al gasto obligado.
Hasta tanto haya un pronunciamiento oficial del Gobierno nacional o provincial explicando los motivos del aumento, los conductores continuarán enfrentando tarifas crecientes en una coyuntura alimentada por el alza en los combustibles.






















