Con la inminente reforma de la Constitución de Santa Fe, la presidenta del Concejo Municipal de Rosario, María Eugenia Schmuck, destacó en diálogo con VersiónRosario la importancia de que la ciudad avance hacia un nuevo estatus institucional que le permita ejercer plena autonomía. Según explicó, la actual estructura jurídica limita severamente la capacidad de gestión local y posterga decisiones clave que afectan la vida cotidiana de los rosarinos.
“Estamos en vísperas de una oportunidad histórica. Rosario necesita definir sus propias potestades, distribuir sus recursos con mayor eficacia y desburocratizar el Estado”, señaló Schmuck. Entre los ejemplos concretos que ilustran la falta de autonomía, mencionó que el municipio debe solicitar autorización a la provincia o a la Nación para contraer créditos, lo que, en algunos casos, puede demorar hasta dos años. “Con la inflación que tiene la Argentina, esos tiempos significan perder mucho dinero y muchas oportunidades”, advirtió.
También criticó las restricciones en cuestiones tan básicas como la gestión del arbolado urbano: “Hasta para podar un árbol necesitamos la aprobación previa de un plan anual que se presenta ante la provincia. Es insostenible seguir funcionando así”.
Para Schmuck, Rosario debe dejar de actuar “como una ciudad menor de edad” y empezar a ejercer su madurez institucional. En ese sentido, remarcó que la reforma constitucional debería habilitar a Rosario a transformarse en una ciudad autónoma, con su propia carta orgánica y capacidad legal plena para tomar decisiones.
“El artículo 3 de la Ley de Necesidad de la Reforma habilita a los concejos municipales a elaborar su propia carta orgánica. Eso nos permitirá no sólo tener autonomía formal, sino también discutir qué modelo institucional queremos”, señaló. En ese marco, la presidenta del Concejo planteó la posibilidad de introducir cambios significativos en el sistema político local, como la figura del viceintendente o la implementación del balotaje para la elección del Ejecutivo municipal.
Además, destacó que la autonomía permitiría rediseñar la forma en que se designan los directores de distrito y evaluar alternativas al actual sistema electoral. “Tenemos la oportunidad de construir una ciudad más ágil, moderna y adaptada a sus propias necesidades. Es hora de que Rosario deje de pedir permiso para tomar decisiones que le son propias”, concluyó.
La expectativa es que, una vez finalizados los trabajos de la Convención Constituyente, Rosario cuente con las herramientas institucionales necesarias para ejercer plenamente su autonomía.