Este jueves 7 de agosto, Rosario vivió una intensa jornada marcada por la devoción a San Cayetano, patrono del pan y del trabajo. Desde primeras horas del día, fieles comenzaron a acercarse a la parroquia ubicada en calle Buenos Aires al 2100, punto central de las celebraciones religiosas y epicentro también de reclamos sociales vinculados a la situación laboral.
Desde las 7 de la mañana, el entorno de la iglesia se fue poblando de creyentes que, con velas, estampitas, pancitos y espigas —que se ofrecían a dos por mil pesos— se acercaron a agradecer o pedir trabajo. La escena fue acompañada por numerosos puestos de venta ambulante y un clima de recogimiento espiritual mezclado con demandas concretas de sectores postergados.
Sin embargo, la fecha también fue motor de una importante movilización que unió sindicatos, organizaciones sociales, agrupaciones estudiantiles y de jubilados. La concentración principal se inició a las 8.30 en la plaza del Che Guevara, en 27 de Febrero y Laprida, y desde allí los participantes marcharon por calle Buenos Aires hasta detenerse frente a la parroquia de San Cayetano, para luego continuar hacia el Monumento a la Bandera.
En ese punto simbólico de la ciudad, alrededor de 50 ollas populares se instalaron con el objetivo de compartir alimentos y visibilizar las necesidades de los sectores más vulnerables. La actividad fue bendecida por el arzobispo de Rosario, Eduardo Martín, quien acompañó la jornada con un mensaje centrado en la solidaridad y el pedido por “trabajo digno para todos”.
Entre las organizaciones convocantes estuvieron gremios del transporte, camioneros, recolectores y marítimos, además de ATE, CTA, UTEP, CCC, Movimiento Evita y distintas agrupaciones estudiantiles y de adultos mayores. El reclamo común fue el acceso a un empleo estable y condiciones laborales justas.
Para garantizar la seguridad y el desarrollo de las actividades, la Municipalidad dispuso cortes de tránsito en diferentes puntos de la ciudad, vigentes entre las 6 y las 23 horas. Las intersecciones afectadas fueron Buenos Aires y La Paz, Riobamba y Juan Manuel de Rosas, y Cerrito y Laprida.
Por la tarde, a las 15, se llevó a cabo la tradicional procesión desde la parroquia hasta la plaza Libertad, recorriendo las calles Buenos Aires e Ituzaingó. El retorno comenzó a las 16.30 por calle Sarmiento y luego por Cerrito, con cortes intermitentes a medida que avanzaba la peregrinación.
Como cada año, la figura de San Cayetano volvió a reunir a miles de personas que, más allá del fervor religioso, encontraron en esta jornada un espacio para alzar la voz por una Argentina con más justicia social.