La elección de Rodrigo Paz Pereira marca un punto de inflexión en la historia política reciente de Bolivia. Con el 54,5% de los votos en la segunda vuelta, el líder tarijeño se impuso sobre Jorge “Tuto” Quiroga y puso fin a casi dos décadas de predominio del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido que gobernó el país desde 2005.
Orígenes y trayectoria
Nacido el 22 de septiembre de 1967 en España, durante el exilio de su padre —el expresidente Jaime Paz Zamora—, Rodrigo Paz creció vinculado a la política. Estudió Economía y Relaciones Internacionales en la American University de Washington y desarrolló una extensa carrera pública: fue diputado en 2002, concejal y luego intendente de Tarija entre 2015 y 2020, y más tarde senador por ese mismo departamento.
Un perfil de centro-derecha
Su discurso se presenta como una alternativa moderada, alejada del estatismo del MAS. Propone una economía “con rostro social”, combinando incentivos al sector privado con el mantenimiento de programas de asistencia. Su lema de campaña, “capitalismo para todos”, buscó conectar con emprendedores y trabajadores que reclaman estabilidad económica sin perder derechos básicos.
Entre sus principales propuestas se destacan la promoción de las pequeñas y medianas empresas, la simplificación tributaria, la revisión de los subsidios al combustible y la defensa de una política fiscal más previsible. Paz también prometió mantener ayudas sociales sin depender de financiamiento del Fondo Monetario Internacional, apostando a una mayor eficiencia en la administración de recursos nacionales.
Un país en crisis
El triunfo de Paz llega en medio de una situación económica delicada: inflación en aumento, escasez de combustibles, falta de divisas y pérdida de confianza en las instituciones. La prolongada gestión del MAS había generado desgaste y descontento, especialmente entre los sectores urbanos, lo que permitió el ascenso del nuevo mandatario como figura de cambio y renovación.
Desafíos inmediatos
Paz asumirá la presidencia en noviembre de 2025 con un Congreso fragmentado, lo que le exigirá tender puentes con otras fuerzas políticas. Entre sus prioridades figuran controlar la inflación, estabilizar las reservas internacionales, mantener los programas sociales esenciales y recomponer la credibilidad del Estado. También se espera que reoriente la política exterior del país, buscando un equilibrio entre la cooperación regional y una relación más abierta con Estados Unidos.
Un nuevo rumbo político
La victoria de Rodrigo Paz Pereira no sólo representa un giro hacia el centro-derecha, sino también el deseo de amplios sectores de la población de cerrar una etapa marcada por la polarización. Su desafío será demostrar que el cambio prometido puede traducirse en estabilidad, crecimiento y una institucionalidad más sólida para Bolivia.