La comisión de Planeamiento del Concejo Municipal recibió este lunes a representantes y administradores de distintos inmuebles catalogados como patrimoniales, quienes advirtieron sobre la imposibilidad de sostener los trabajos de conservación sin apoyo estatal. Señalaron que los costos para restaurar fachadas y estructuras son millonarios y que, sin asistencia concreta, muchos de estos edificios históricos corren riesgo de deterioro avanzado o incluso de desprendimientos hacia la vía pública.
La especialista en restauración María Eugenia Prece, una de las expositoras, explicó que “hay situaciones muy graves, que no sólo tienen que ver con la antigüedad de las construcciones, sino con el tendido eléctrico que se apoya en cornisas, balcones y ornamentos. Eso genera grietas y puede terminar en desprendimientos”. Como ejemplo, citó a la Casa Fracassi, en Corrientes y San Luis, donde la estructura presenta serias complicaciones vinculadas al cableado y al paso del tiempo.
A las dificultades técnicas se suman los costos de las obras, que se disparan por la necesidad de andamios y equipos especializados. “Cada diagnóstico arroja presupuestos altísimos, imposibles de sostener para los dueños sin un sistema de financiamiento”, remarcó Prece, y recordó que hasta la pandemia funcionaba el Fondo de Preservación Urbanística, que permitía cubrir hasta el 50% de las restauraciones. Desde entonces, los propietarios presentan expedientes y presupuestos, pero no reciben respuestas ni fondos.
De la reunión también participaron representantes de consorcios de edificios emblemáticos. En el caso del Edificio Imperia, ubicado en Sarmiento y San Lorenzo, señalaron: “Tenemos que hacer una obra muy grande en todo el frente porque ya tuvimos un desprendimiento. El presupuesto ronda los 120 millones de pesos y el Banco Municipal apenas ofreció un crédito de 20 millones, a una tasa del 59%. Es imposible afrontar algo así sin ampliar el monto y con condiciones más flexibles”. En la misma línea, el administrador del Edificio Odeón —donde funciona el Teatro Astengo— recordó que “años atrás hubo desprendimientos y la gente que hace la cola corre mucho riesgo. Todos los plafones los arreglamos por cuenta propia, pero hoy es inviable sostener ese nivel de gastos sin ayuda del Estado. Fui un montón de veces a Patrimonio y nunca obtuve respuesta”.
También se mencionaron casos en Santa Fe 1264 y en la esquina de Entre Ríos y Tucumán, donde los vecinos denunciaron que el cableado eléctrico sigue colgado de los frentes y genera daños estructurales. El debate se enmarca en una serie de reclamos vinculados al estado de los edificios históricos del centro de Rosario. En las últimas semanas, ingresó al Concejo un pedido para declarar en ruina el inmueble lindero al ex cine Imperial y avanzar en su demolición, al tiempo que se solicitó información sobre el destino del histórico predio de Corrientes al 400, donde funcionó el cine homónimo.
El presidente de la comisión, Fabrizio Fiatti, propuso abrir una agenda de trabajo conjunto con el Programa de Preservación del Patrimonio y el Banco Municipal para dar respuesta a los reclamos, mientras que la concejala Fernanda Gigliani insistió en que el Ejecutivo debe contestar el pedido de informes referido al uso y destino del Fondo de Preservación Urbanística, hoy paralizado.
