La concejala Julia Irigoitia presentó un pedido de informes en el Concejo Municipal de Rosario para que el Ejecutivo detalle cómo se viene aplicando la normativa de nocturnidad aprobada hace un año y, en particular, cuál es el impacto sobre los espacios culturales independientes.
La iniciativa surge en un contexto de creciente malestar en el sector cultural, que denuncia clausuras, multas y cancelaciones de eventos que, según sostienen, atentan contra el espíritu de la norma que había sido sancionada para promover la actividad. “Se cumplió un año de la aprobación de la nueva normativa que regula la nocturnidad en la ciudad y que, además, creó la categoría de espacios culturales independientes. El objetivo era fortalecer a los lugares que apuestan por la cultura local, aquellos que muchas veces sirven de plataforma para artistas emergentes que luego alcanzan reconocimiento nacional e internacional”, explicó Irigoitia.
La edila remarcó que, pese a ese espíritu inicial, el panorama que describen distintos referentes culturales dista de ser alentador. “Seguimos viendo clausuras, sanciones y cancelaciones de actividades. Por el contrario, no advertimos señales claras desde la Municipalidad que apunten a fomentar y acompañar este tipo de propuestas”, señaló.
El pedido de informes busca que el Ejecutivo detalle con qué criterios se están realizando los controles sobre los locales, cuál es el procedimiento de inspección y si existe un plan de promoción específico para los espacios culturales independientes. Además, se solicita información sobre la cantidad de nuevos proyectos que se hayan inscripto en esta categoría durante el último año.
Irigoitia subrayó la importancia de preservar y estimular este tipo de iniciativas: “Rosario tiene una tradición muy fuerte en la producción cultural. Muchos artistas que hoy triunfan en escenarios nacionales e internacionales se formaron en estos espacios, que funcionan como semilleros de creatividad. Si no hay políticas públicas que los respalden, corremos el riesgo de que desaparezcan”.
El planteo de la concejala abre un nuevo capítulo en el debate sobre la nocturnidad en Rosario, un tema que históricamente generó tensiones entre la necesidad de regular la convivencia ciudadana y el impulso a la vida cultural nocturna. En este caso, la discusión se centra en garantizar que los espacios independientes, que muchas veces funcionan con recursos limitados, no se vean ahogados por exigencias desmedidas o controles que, en lugar de acompañar, terminen siendo un obstáculo.
La respuesta de la Municipalidad será clave para definir si la norma cumple con el objetivo de impulsar la diversidad cultural local o si, por el contrario, necesita ajustes para evitar que las medidas de fiscalización terminen desalentando el desarrollo artístico en la ciudad.