El presidente Javier Milei viajó a Nueva York para mantener una reunión estratégica con Donald Trump con el objetivo de cerrar un paquete de asistencia financiera que permita sostener las reservas del Banco Central. La iniciativa llega en un contexto de marcada fragilidad cambiaria, con vencimientos de deuda externa por más de 28.000 millones de dólares en los próximos quince meses.
El plan en discusión contempla un mecanismo de swap que habilite al Tesoro de Estados Unidos a girar dólares a cambio de depósitos en pesos. De concretarse, se transformaría en un salvavidas inmediato frente a la sangría de reservas y la creciente presión sobre los mercados financieros.
La agenda de Milei incluye, además de la bilateral con Trump, contactos con funcionarios del Tesoro norteamericano y con organismos multilaterales de crédito. La estrategia oficial apunta a enviar una señal clara de respaldo internacional al programa económico en marcha.
No obstante, la negociación genera expectativas y también críticas. Algunos economistas sostienen que un acuerdo de este tipo puede dar aire en el corto plazo, pero advierten que no resuelve los problemas estructurales de la economía argentina, como la inflación persistente, la falta de inversión sostenida y la volatilidad fiscal.
El encuentro con Trump es observado con atención por los mercados locales, que esperan definiciones sobre el monto y los plazos de la asistencia. En paralelo, la oposición cuestiona que se apueste a acuerdos bilaterales sin consensuar con el Congreso un plan de estabilización más amplio.