Este jueves médicos residentes llevarán adelante un abrazo simbólico al Hospital de Niños Zona Norte y a los policlínicos PAMI 1 y 2. La convocatoria, impulsada por la Comisión de Residentes, busca visibilizar la situación que atraviesan quienes se están formando dentro del sistema de salud, en paralelo a expresar su respaldo a las y los profesionales del Hospital Garrahan.
“Somos profesionales en formación, pero también trabajadores que sostenemos día a día la atención en hospitales y centros de salud”, explicó Camila Paillole, integrante de la Comisión. La vocera remarcó que, a pesar de que los residentes atienden desde niños hasta adultos mayores y cumplen largas jornadas laborales, no cuentan con el reconocimiento ni las condiciones mínimas que debería garantizar el Estado.
Según detallaron desde la organización, el valor por hora que perciben ronda entre los 3.700 y los 6.000 pesos, dependiendo de la especialidad y la carga horaria. Además, la mayoría no cuenta con aportes jubilatorios ni aguinaldo, y en muchos casos se incumplen los descansos posteriores a las guardias. A esto se suma la sobrecarga de tareas, ya que gran parte de las residencias médicas quedan vacantes por falta de incentivos para quienes egresan de las universidades.
“Nos formamos durante años para brindar una atención de calidad, pero el sistema nos devuelve precarización e invisibilidad”, subrayó Paillole. En ese sentido, advirtió que si el gobierno provincial no actúa para jerarquizar el rol de los residentes, la situación de la salud pública continuará deteriorándose: “Estamos alertando a la comunidad porque esta crisis no solo nos afecta a nosotros, sino también a los pacientes, que son quienes más sufren las demoras, la falta de turnos y la escasez de profesionales”.
El reclamo no es solo salarial, sino estructural: los residentes piden condiciones laborales dignas, respeto por sus derechos y una política pública que reconozca el valor de su formación y compromiso con la salud de la población. El abrazo a los efectores es también una forma de defensa del hospital público como pilar del acceso a la salud en momentos donde los recursos escasean y las respuestas del Estado se hacen esperar.