El concejal Federico Lifschitz presentará en los próximos días un conjunto de propuestas que, según anticipó, buscan llevar adelante una “reforma contundente del Municipio de Rosario”. El paquete legislativo estará enfocado en mejorar la transparencia, terminar con los privilegios y avanzar hacia una administración más eficiente.
La iniciativa incluye cinco ejes clave: un censo de empleados municipales, control de licencias médicas, fin a los cargos hereditarios, ingresos por concurso y una política antidroga para funcionarios.
El primer punto propone la realización de un relevamiento integral de personal con el objetivo de detectar trabajadores que no cumplen funciones reales. “Queremos saber cuántos empleados tiene la Municipalidad, en qué áreas se desempeñan y qué tareas realizan. El objetivo es identificar a quienes trabajan y separar a aquellos que están ociosos o directamente no aparecen. No podemos seguir sosteniendo ñoquis con los recursos de todos los rosarinos”, expresó Lifschitz, en contacto con VersiónRosario.
El segundo eje apunta al uso indebido de licencias médicas. Según el edil, hay una cantidad significativa de ausencias prolongadas sin justificación adecuada, lo que afecta el funcionamiento de los servicios públicos y sobrecarga al personal que sí cumple con sus responsabilidades.
En tercer lugar, el concejal cuestionó los cargos “hereditarios” dentro de la administración. “Debemos terminar con la idea de que ser hijo de un municipal otorga algún tipo de ventaja. Todos los ciudadanos deben tener las mismas oportunidades de acceso a un empleo en el Estado”, sostuvo.
También se propone terminar con el ingreso discrecional al municipio. En ese sentido, Lifschitz plantea restituir mecanismos transparentes de selección de personal, como los concursos públicos. “Queremos volver al modelo del Registro Único de Postulantes, que funcionó entre 2011 y 2014 durante la gestión de Miguel Leipzig, donde los aspirantes a trabajar en el municipio debían acreditar idoneidad y rendir para ganarse el puesto”, explicó.
Por último, el paquete contempla una política de control de consumo de sustancias para funcionarios municipales, desde el intendente hasta los niveles más bajos. La propuesta incluye la realización de narcotests de manera regular. “Quienes toman decisiones que afectan a todos los rosarinos deben ser los primeros en dar el ejemplo. Queremos una política libre de drogas”, afirmó.
Lifschitz anticipó que presentará formalmente estas medidas en el Concejo Municipal, con la expectativa de abrir un debate amplio sobre el funcionamiento del Estado local y la necesidad de reformas estructurales.