A menos de un mes del inicio de la histórica Convención Constituyente que reformará la Constitución santafesina, en la Legislatura ya se sienten los primeros cambios: la Cámara de Diputados comenzó con las obras para ampliar y adaptar el recinto, que pasará de albergar a 50 legisladores a 69 convencionales constituyentes.
Las modificaciones materiales forman parte de los tres frentes de trabajo que encara el oficialismo de Unidos: el material, el técnico (encabezado por especialistas que ya trabajan sobre el nuevo texto constitucional) y el político, que busca cerrar acuerdos internos antes de abrir el diálogo con otros espacios.
La primera sesión constituyente será el 14 de julio, y el plazo límite para terminar la reforma es el 14 de septiembre. Por eso, el tiempo apremia: tanto el recinto como los consensos deben estar listos para el debate de fondo.

Aunque aún se afinan detalles del reglamento, las fuerzas de Unidos definieron que funcionarán como bloque unificado, con el ministro Fabián Bastía al frente de la bancada y el senador Felipe Michlig como presidente de la Convención. El objetivo es presentar una postura cohesionada que facilite las negociaciones con el resto de los sectores.
La reforma no se limitará a habilitar la reelección del gobernador, sino que también incluirá temas institucionales de fondo, como el estatus independiente del Ministerio Público de la Acusación, promovido por su fiscal general.
La cuenta regresiva ya comenzó, y mientras las bancas se reacomodan en el recinto, Santa Fe se prepara para uno de los procesos políticos más importantes de su historia reciente.
