La Confederación General del Trabajo (CGT) renovó este miércoles su conducción y ratificó la continuidad del esquema tripartito para liderar la central obrera. El nuevo triunvirato estará integrado por Jorge Sola, del Sindicato del Seguro; Cristian Jerónimo, del Sindicato de Empleados del Vidrio; y Octavio Argüello, representante de los Camioneros.
El trío fue elegido durante el congreso nacional celebrado en el estadio de Obras Sanitarias, donde participaron más de 1.500 delegados de todo el país. La elección cerró semanas de negociaciones intensas entre los distintos sectores que componen la central, con el objetivo de evitar una fractura interna y proyectar un mensaje de unidad frente a los desafíos políticos y económicos actuales.
Jorge Sola, de perfil dialoguista y con buena llegada a distintos espacios gremiales, será una de las voces encargadas de la articulación con el Gobierno. Cristian Jerónimo representa a una generación más joven dentro del sindicalismo tradicional, mientras que Octavio Argüello aporta el peso del gremio de Camioneros, uno de los más influyentes del país.
La nueva conducción enfrentará una agenda inmediata marcada por la reforma laboral impulsada por el Ejecutivo, tema que generó fuertes tensiones en los últimos meses. El triunvirato buscará consensuar una estrategia común con los gremios más duros y al mismo tiempo mantener canales de diálogo abiertos con las autoridades nacionales.
La elección del formato colegiado, en lugar de una conducción unipersonal, responde al intento de preservar el equilibrio entre las distintas ramas de la actividad sindical —servicios, industria y transporte— y de garantizar la representatividad de todos los sectores.
Pese al acuerdo alcanzado, el proceso de renovación no estuvo exento de disputas. Algunas corrientes habían impulsado la idea de una conducción única, pero finalmente prevaleció la necesidad de mostrar cohesión ante un escenario económico complejo y con negociaciones paritarias en marcha.
Entre los principales desafíos del nuevo triunvirato figuran la defensa del poder adquisitivo, el reclamo por un sistema impositivo más equitativo y la recuperación del peso político del movimiento obrero en las decisiones nacionales. Además, deberán consolidar la estructura interna de la CGT, fortalecer la presencia territorial y definir un plan de acción común con las centrales del interior del país.
Con la asunción de Sola, Jerónimo y Argüello, la CGT busca mantener la unidad sindical y reafirmar su papel histórico como actor social y político central en la Argentina, en un momento en el que el movimiento obrero enfrenta el desafío de adaptarse a los cambios del mundo laboral y de reconstruir su influencia en la vida pública.






















