Un hecho de extrema gravedad sacudió al Poder Judicial en Rosario. La conjueza Natalia Martínez denunció que desconocidos entraron a su vivienda el domingo por la noche y, aunque no se llevaron pertenencias, dejaron señales claras de haber estado allí: luces encendidas y colillas de cigarrillo en la cocina. Para los investigadores, todo apunta a un intento de amedrentamiento.
Martínez, que desde julio se encuentra al frente del Juzgado Federal N.º 2 de la ciudad tras la renuncia de su titular, regresó a su departamento cerca de las 20.30 y notó de inmediato las irregularidades. Sin forzar la cerradura ni provocar daños, los intrusos habían recorrido el lugar dejando marcas de su paso. La magistrada dio aviso a la Policía y comunicó lo ocurrido a las autoridades judiciales.
La causa quedó en manos de la fiscal María Virginia Sosa y del juez de Garantías Carlos Vera Barros. Ambos dispusieron una inspección ocular, la recolección de huellas y otras pericias técnicas, además de tomar testimonios a posibles testigos. El expediente fue caratulado como “intimidación y violación de domicilio”.
La Corte Suprema de Justicia reaccionó rápidamente: se puso en contacto con Martínez para expresarle apoyo institucional y ordenó reforzar su custodia personal, en el marco de un clima de creciente hostigamiento hacia funcionarios judiciales que intervienen en causas sensibles.
El episodio ocurre después de que la jueza se pronunciara con firmeza en un expediente que generó alta repercusión pública. Hace pocas semanas rechazó las excusaciones presentadas por el juez Gastón Salmain, cuestionado en el Consejo de la Magistratura y denunciado por maniobras de forum shopping. En su resolución, Martínez advirtió que aceptar apartamientos masivos habría derivado en un colapso del fuero previsional.
Con más de dos décadas de trayectoria, la magistrada nació en San Nicolás y se desempeña en el Poder Judicial desde 2002. En 2022 fue designada conjueza en la provincia de Santa Fe mediante un decreto del Poder Ejecutivo y, recientemente, asumió de manera provisoria la conducción del Juzgado Federal N.º 2 de Rosario.
El ingreso a su domicilio, sin robo y con señales de presencia deliberada, se inscribe en un contexto de fuerte presión sobre la justicia federal en Rosario, donde proliferan las investigaciones contra el narcotráfico, la corrupción y delitos de alto impacto público.