Durante el noveno mes del año, los salarios promedio del sector formal registraron un crecimiento nominal del 1,3%, cifra que quedó por debajo del índice de inflación mensual de 2,1%. Como resultado, el poder adquisitivo de los trabajadores registrados se redujo un 0,8% en términos reales, según datos oficiales.
En el sector privado registrado el incremento fue de 1,4%, mientras que en el ámbito público alcanzó apenas el 1,1%.
En el sector informal se observó un aumento mayor, del 5,7%, pero el conjunto del mercado laboral se vio afectado por la pérdida de valor real de los ingresos.
Los analistas señalan que esta dinámica refuerza el deterioro del salario real y limita las opciones de consumo y ahorro de los hogares.
Además, proyectan que si el ritmo de incremento salarial no mejora, el cierre del año podría mostrar un ajuste negativo más profundo, afectando la estabilidad económica de las familias.





















