La provincia de Santa Fe atraviesa una de las caídas más fuertes de empleo privado registrado de los últimos años. Entre diciembre de 2023 y agosto de 2025 se perdieron 13.900 puestos formales, según los datos recientes del sistema de Seguridad Social. En ese período, la cantidad de trabajadores en relación de dependencia del sector privado pasó de 523.700 a 509.800, marcando el nivel más bajo desde el inicio de la actual gestión nacional.
El deterioro no fue uniforme mes a mes, pero sí sostenido. Solo entre julio y agosto se registraron 600 empleos menos, reflejo de la persistente recesión en la actividad económica. La contracción afectó a distintos rubros, especialmente a aquellos vinculados a la industria, el comercio y los servicios profesionales.
Si se observa el comportamiento por categorías laborales, el panorama también muestra grietas: mientras los monotributistas comunes tuvieron un leve repunte, los autónomos cayeron un 4,4 % y los trabajadores independientes —incluidos monotributistas sociales— retrocedieron casi un 12 %. Para los analistas, esto expone un fenómeno preocupante: la salida del empleo formal no se compensa con dinamismo en el trabajo independiente, sino, en muchos casos, con mayor informalidad.
La tendencia provincial se enmarca en un escenario nacional igualmente negativo, donde la pérdida de empleo registrado se profundizó desde fines de 2023. Sin embargo, Santa Fe —con una economía fuertemente productiva y dependiente del ritmo industrial— aparece entre los distritos más afectados.
Empresarios y sindicatos coinciden en que la continuidad de la caída puede generar un impacto más profundo en el tejido económico santafesino y en la situación social. Reclaman medidas de impulso inmediato, alivio fiscal para sectores críticos y políticas que permitan recomponer la actividad para evitar que los números laborales sigan empeorando.






















