Las elecciones de medio término sirven muchas veces para medir un humor social y también para posicionar candidatos de cara a las elecciones que definen los principales puestos en los cargos ejecutivos.
Sin embargo, para eso falta mucho, y en este caso quizás la política todavía sigue tratando de entender que pasó en este último tiempo con el outsider más impensado como presidente, con el descreimiento popular sobre la importancia del proceso electoral y sobre candidatos que muchas veces carecen de bases sólidas en sus discursos y juegan solamente con tribuna local.
Las encuestas para la ciudad de Rosario reparten liderazgos entre el ex periodista devenido en libertario Juan Pedro Aleart y Juan Monteverde de Ciudad Futura en su versión más peronista. Escudados en el margen de error, algunas ponen a uno o ponen a otro, pero lo que sin lugar a dudas afirman es que primero y segundo, sale Juan.
También está claro el lugar del tercero, en este caso la tercera, que sería Carolina Labayru, que parece haber escalado muchos peldaños desde las PASO con una campaña que puede verse en cada rincón de la ciudad en su versión más Pullarista. Atrás y lejos del piso de 20 puntos que parecería tener el llamado triple empate virtual (24 y 23 para los Juanes y 20 para Carolina) se encuentran con chances, Roberto Sukerman que le tiró el peronómetro en sangre a Monteverde para levantar sus números y Cavatorta que volvió al modo periodístico de bótelos con videos similares a la campaña pasada.
Desde todo punto de visa, los tres candidatos tienen chances de quedarse con el podio, ya que en ese 13% que se encuentra indeciso y la gran cantidad de personas que actualmente duda en ir a los comicios, pueden estar las llaves de la victoria.
Monteverde viene sumando simpatías al caudal de votos que trae cautivos desde las PASO, con mucha impronta de las acciones de Ciudad Futura desde el Concejo, pero con el gran problema de encabezar al peronismo con dos competidores que eligieron ir por fuera y pugnan por un asiente en el Concejo. Tanto Sukerman, como Cavatorta, saben que su mejor negocio para volver al Palacio Vasallo o quedarse en él es talarlo a Monteverde. Sumado a la coyuntura de “Cristina presa” moviliza todo un desafío para la posibilidad del “juan de izquierda” para quedarse con la mayoría de los votos de los rosarinos para el domingo.
El Juan de derecha también tiene oportunidades y problemas por el lado mileista de la vida. Su importante cosecha de votos en las PASO las trajo por el lado periodista de su vida y prácticamente sin hacer campaña más que la memorabilidad de los rosarinos por su paso en la pantalla grande de canal 3 y algun que otro video en redes sociales con impronta libertaria. Sin embargo, la campaña para las generales lo puso en modo serio y con la consigna de “Aleart es Milei” que a juzgar por su estilo periodístico y su presente libertario, no logra terminar de conectar en los vecinos que lo adoraban por su carisma, con esta versión motosierra. En otras palabras, “Aleart es Milei” atrae a libertarios porteños, pero aleja a los vecinos de Rosario.
Finalmente Carolina Labayru es quien ha logrado un mayor crecimiento en los últimos días plantándose desde su impronta que la caracterizó al mando de la Secretaria de Control y Convivencia en los últimos años y hoy en su trabajo cercano a los vecinos. Con el fuerte espaldarazo de los afiches que empapelan la ciudad junto al Gobernador de Santa Fe, Labayru busca capitalizar la contundente victoria en las Paso que obtuvo el Gobernador en las Constituyentes. Su gestión como funcionaria la ayuda, el conocimiento también y así como Cavatorta y Sukerman intentan birlarle algunos votos a Monteverde; la actual Secretaria de Cercanía y Gestión Ciudadana de la Municipalidad de Rosario intenta hacer lo mismo con Juan Pedro Aleart mostrándose fuerte en donde el periodista hace agua: el conocimiento y la gestión.
Este domingo los rosarinos definirán sus nuevos representantes y la composición del Concejo de la ciudad, un espacio importante en donde salen las ordenanzas que definen muchas de las normas que ordenan el funcionamiento de la ciudad. Ir a votar, siempre tiene que ser un motivo de alegría y de expresión, si algo debemos agradecer a la democracia, es la posibilidad de elegir a nuestros mandatarios, expresando nuestra gratitud o nuestro descontento en las urnas.
