El Poder Ejecutivo nacional alista una convocatoria a sesiones extraordinarias del Congreso para el mes de diciembre. La intención es que el Parlamento aborde el proyecto de Presupuesto 2026 y, en paralelo, avance con algunas de las reformas estructurales que el Gobierno considera prioritarias para el próximo año legislativo.
La Casa Rosada confía en que la nueva conformación política del Congreso, resultado de las últimas elecciones, facilitará los acuerdos para aprobar la denominada “ley de leyes”. En el oficialismo sostienen que el Presupuesto es una herramienta central para consolidar el plan económico y garantizar previsibilidad fiscal de cara al 2026.
Además, en el temario de extraordinarias podrían incluirse dos reformas de alto impacto: una tributaria y otra laboral. Ambas iniciativas se encuentran bajo estudio del Ejecutivo y serían enviadas al Congreso en cuanto se terminen de ultimar los textos consensuados con gobernadores y bloques aliados.
Desde sectores de la oposición plantearon la posibilidad de acelerar el trámite y lograr que la discusión del Presupuesto llegue al recinto antes del recambio legislativo. Sin embargo, la postura del Gobierno es aprovechar el nuevo mapa político, lo que permitiría un debate menos condicionado por la actual correlación de fuerzas.
Con este movimiento, el oficialismo busca que el cierre del año no sea meramente administrativo, sino una instancia decisiva para encaminar la agenda parlamentaria del 2026. En diciembre podrían comenzar a delinearse los acuerdos que marcarán la gobernabilidad durante los próximos meses.
Las sesiones extraordinarias, entonces, se convertirán en el escenario para definir la orientación del gasto público, la estructura impositiva y los cambios normativos que se impulsarán en el mercado laboral. La expectativa es que el Congreso discuta una hoja de ruta económica que combine reducción del déficit, crecimiento y estímulo a la inversión privada.


















