El Ejecutivo nacional resolvió que la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) dejará de intervenir en la importación de una serie de productos destinados al cuidado personal. La medida, publicada este miércoles en el Boletín Oficial mediante la disposición N° 3.562/2025, ya se encuentra en vigencia y forma parte de un paquete más amplio de desregulación impulsado por la gestión de Javier Milei.
La nueva normativa libera del control sanitario previo a cosméticos, productos de higiene bucal, artículos descartables no médicos y domisanitarios de libre venta, entre otros. La decisión acompaña una disposición anterior (N° 2.857/2025), que en mayo eliminó la intervención de la Anmat para ciertos dispositivos médicos de uso doméstico como tensiómetros, bastones y sillas de ruedas, cuya utilización no requiere prescripción profesional.
Desde el Gobierno explicaron que el cambio responde a la intención de “agilizar procesos” y hacer más eficiente la gestión estatal, reduciendo los tiempos y costos asociados a la importación de productos de uso cotidiano.
Con esta modificación, el Estado ya no controlará el ingreso de productos como:
- Pastas dentales y enjuagues bucales.
- Pañales descartables para bebés y adultos.
- Toallitas femeninas, protectores diarios y absorbentes para lactancia.
- Tampones y copas menstruales.
- Cosméticos en general.
- Productos de limpieza de libre comercialización.
- Insumos de higiene oral de uso odontológico.
- Productos descartables de uso externo, incluidos los de aplicación intravaginal.
Sin embargo, desde la propia Anmat se aclaró que la desregulación no implica un aval oficial sobre la calidad o seguridad de estos artículos. En ese sentido, remarcaron que la responsabilidad de evaluar riesgos recaerá exclusivamente sobre el consumidor final.
Además, se estableció que estos productos, al ingresar sin registro ni control sanitario, no podrán ser comercializados ni distribuidos con fines comerciales o promocionales. Es decir, solo se permitirá su importación para uso personal y sin fines de lucro.
La medida ha generado debate en distintos sectores. Mientras algunos celebran la flexibilización como una manera de facilitar el acceso a productos básicos, otros expresan preocupación por la ausencia de controles que garanticen estándares mínimos de calidad o protección sanitaria.
Esta decisión representa un paso más en el proceso de desregulación profunda que promueve la actual administración, con foco en la reducción de burocracia estatal y la liberalización del comercio exterior.