El pasado martes 16 de diciembre, el exboxeador rosarino y campeón del mundo en cuatro oportunidades, Sebastián “Irón” Luján, recuperó su libertad tras un robo. En una entrevista, el exdeportista contó los reveses de su vida y cómo fue pasar tres años en la cárcel de Coronda, donde en varias ocasiones tuvo que defenderse como solía hacerlo arriba del ring.
“Es espectacular sentirse libre, la libertad no tiene precio. Pasé por muchos malos momentos, pero superé todo y sobreviví al infierno de la cárcel”, comentó Luján al periodista Luis Castro en una charla que tenía como fondo el nuevo lugar donde el exboxeador pasa sus días.
Con un tono relajado y pausado, Iron comentó que “dio la página” de su pasado reciente. “Estoy con ganas de seguir adelante con el gimnasio, la vida cotidiana, la familia y trabajando con mi hermano Pablo Barbosa”, manifestó a La Capital.

Desde su gimnasio, Luján Boxing Gym y Barboza Boxing Gym, ubicado en Pueblo Alvear, Sebastián confesó en relación al inicio de su etapa oscura que terminó en la cárcel: “Me empecé a confundir un poco con la vida”. “No quise ir a trabajar de empleado y empecé a hacer tonterías juntándome con mala gente”, continuó.
“Me enganché con el casino, por ejemplo. Lo que gané en la pelea en Estados Unidos en 2011 después la dejé en el juego. La plata me la ganó el casino”, reveló.
Sobre sus días detenido, reconoció que tuvo que pelear varias veces y que pese a ganar, “volvían a buscar revancha a los facazos”. “No quieren pelear de vuelta ya que las piñas no es para cualquiera. Tuve que cambiarme de pabellón en varias ocasiones”, agregó.
“Fue lo peor que me pasó en mi vida. Mirá que atravesé por malos momentos, pero no tanto como esto. Esto fue terrible”, cerró.




















