El cierre de listas legislativas del 26 de octubre dejó al descubierto las nuevas coordenadas de la política nacional. Según el análisis de los consultores Facundo Nejamkis, Juan Mayol y Carlos Fara, el oficialismo de La Libertad Avanza tuvo un nombre indiscutido: Karina Milei, que concentró el poder en la definición de candidaturas. En paralelo, el peronismo priorizó la unidad para evitar fracturas internas, mientras que el PRO, histórico protagonista en la Ciudad de Buenos Aires, quedó en un segundo plano, con Mauricio Macri relegado en la escena política.
El mando absoluto de Karina Milei
Los especialistas coincidieron en que la secretaria general de la Presidencia se convirtió en la figura central del oficialismo. Karina Milei impuso su criterio en cada distrito y ordenó las listas con mano firme, dejando en claro su ascendencia en el espacio que conduce su hermano. “El Jefe” –como se la denomina puertas adentro– se quedó con todo el armado y relegó a otros actores, incluso a figuras cercanas al presidente como Santiago Caputo.
El equilibrio interno, señalaron los analistas, dependerá del resultado bonaerense. Si La Libertad Avanza logra imponerse en la provincia, el tándem Karina Milei–Sebastián Pareja se consolidará como el núcleo más fuerte; pero si el oficialismo queda detrás del peronismo, la influencia de Caputo y el grupo “Las Fuerzas del Cielo” podría revalorizarse.
La estrategia de unidad en el peronismo
En la vereda opositora, el mensaje dominante fue evitar divisiones. Nejamkis destacó que “la unidad primó sobre la fragmentación”, aun cuando eso implicó ceder posiciones. El ejemplo más claro fue la candidatura de Jorge Taiana en la provincia de Buenos Aires, menos vistosa pero efectiva para mantener cohesión.
Entre los ganadores sobresalieron Juan Grabois y Sergio Massa, que aseguraron lugares de peso en las listas bonaerenses y porteñas. Grabois logró encabezar en Capital y colocar nombres propios en provincia, mientras que Massa ubicó tres dirigentes cercanos en posiciones competitivas. El sindicalismo también retuvo espacios y evitó quedar fuera del reparto.
El caso de Axel Kicillof fue evaluado como “neutral”: no pudo colocar candidatos nacionales, pero separó la elección bonaerense de la contienda nacional, una estrategia que, según las encuestas, podría resultarle favorable. En contraste, Guillermo Moreno fue considerado entre los perdedores, con una performance electoral muy por debajo de su presencia en redes sociales.
El ocaso del PRO
El cierre de listas también dejó en evidencia la mayor crisis del PRO en dos décadas. Por primera vez, el partido no competirá en la Ciudad de Buenos Aires, lo que para Nejamkis supone “una virtual desaparición” tras haber gobernado el distrito durante 20 años y alcanzar la presidencia en 2015. La fuga de dirigentes hacia La Libertad Avanza debilitó aún más a la fuerza fundada por Macri, que ahora enfrenta el desafío de reconstruirse para volver a ser opción en 2027.
Outsiders y renovación controlada
Aunque La Libertad Avanza sumó nombres mediáticos y figuras inesperadas –como Virginia Gallardo o Karen Reichardt–, el núcleo de decisiones sigue en manos de dirigentes con trayectoria política. Para los analistas, se trata de un equilibrio entre “la casta y la frescura de outsiders” que busca ampliar la llegada social sin poner en riesgo la conducción centralizada de Karina Milei.
Un nuevo mapa político
En síntesis, el cierre de listas dejó como gran triunfadora a Karina Milei, que consolidó su jefatura en el oficialismo; al peronismo unido como estrategia de supervivencia electoral; y al PRO debilitado, sin capacidad de presentar candidatos en su bastión histórico. La campaña que se inicia pondrá a prueba estos reacomodamientos y marcará el rumbo de la política argentina en los próximos años.