Este jueves, el intendente Pablo Javkin enviará al Concejo Municipal una propuesta que podría transformar el perfil urbano de Rosario. Se trata de un nuevo régimen general para la edificación de torres, que dejaría atrás el sistema de excepciones caso por caso y habilitaría construcciones más altas y densas en sectores claves de la ciudad.
La normativa permitiría la incorporación de 448 lotes —mayormente de más de 1.000 metros cuadrados— al circuito de desarrollo vertical. De ese total, 295 se ubican en áreas centrales y corredores urbanos estratégicos. La idea es dotar al planeamiento local de reglas claras y previsibles que reemplacen los pedidos individuales, muchas veces criticados por arbitrariedad.
Durante una reunión con desarrolladores de la Asociación de Empresarios de la Vivienda (AEV), Javkin detalló las claves del proyecto y enumeró obras privadas en marcha. Entre ellas se destacan la reconversión de la planta de Molinos por parte de Molinos Cañuelas, y la inminente demolición de silos en Puerto Norte para dar paso a una torre de 200 metros a cargo de Sancor y Obring, que se convertirá en la más alta de la ciudad. También se mencionó un proyecto ya aprobado de otro edificio de 120 metros y el desembarco de la firma internacional Pininfarina.
El respaldo del sector privado no tardó en llegar. Representantes de la AEV y de la Cámara Argentina de la Construcción manifestaron su apoyo a la iniciativa y se mostraron dispuestos a colaborar en el debate urbano.
Entre los temas discutidos también apareció la posibilidad de relanzar el proyecto de Lattuca en Córdoba y Corrientes, que originalmente contemplaba oficinas, aunque ahora podría orientarse hacia viviendas. La empresa, por su parte, anticipó que planea entregar en marzo un desarrollo en Pichincha.
Uno de los puntos más sensibles para los empresarios volvió a ser la infraestructura eléctrica. Aunque reconocieron mejoras en la conducción de la Empresa Provincial de la Energía (EPE), insistieron en la necesidad de sumar una nueva estación transformadora en Puerto Norte, lo que permitiría destrabar varios proyectos aún en espera.
Javkin explicó que el nuevo régimen busca una ciudad más equilibrada, con alturas que se adapten al entorno y no generen “murallones” homogéneos. Propuso un modelo mixto, con edificios altos intercalados con corredores activos y veredas con usos comerciales y gastronómicos, como estrategia para mejorar la seguridad y el espacio público.
Otro eje clave es la digitalización de trámites urbanísticos, lo que facilitará gestiones como certificados, deslindes y permisos sin necesidad de recorrer oficinas distritales. Según Javkin, esta recentralización digital busca agilizar procesos y aumentar la transparencia.
El paquete normativo se ampliará en los próximos meses con ordenanzas específicas para playas de estacionamiento y una propuesta innovadora: que los propietarios de inmuebles patrimoniales puedan transferir derechos de construcción a otros sectores de la ciudad, preservando el valor histórico de sus propiedades.
Entre los desarrollos que podrían beneficiarse con el nuevo marco, se mencionó el plan de Molinos Cañuelas para abrir la calle Bordabehere y reconfigurar ese sector con usos mixtos. En paralelo, el Municipio avanza en la modernización de corredores como avenida Newbery y Ayacucho, así como en la integración urbana del Parque Sur, una zona con alto potencial de densificación.
Finalmente, Javkin advirtió que Rosario debe evitar quedar rezagada frente a localidades del área metropolitana como Funes, donde el dinamismo del mercado inmobiliario es mayor. “Tenemos que estar a la altura de las ciudades con las que compartimos territorio”, remarcó.
El intendente aspira a que el nuevo régimen de torres quede aprobado en agosto. Para los desarrolladores, la propuesta abre un escenario más claro y propicio para planificar inversiones a mediano y largo plazo.
