Referentes políticos, organizaciones y usuarios del servicio ferroviario regional volvieron a movilizarse este martes para exigir el regreso del tren de pasajeros entre Rosario y Cañada de Gómez, suspendido desde hace 13 meses. La actividad se realizó en la estación Antártida Argentina, en Fisherton, y se replicó con un brindis simbólico en distintas paradas del corredor.
Una de las organizadoras, Georgina Mac Rouillón, cuestionó que aún no haya una explicación oficial clara sobre la continuidad del servicio. Señaló que, antes de la interrupción, el tren venía sumando pasajeros mes a mes y era utilizado por estudiantes, trabajadores y también por quienes se movían por motivos turísticos.
Del encuentro participó además el exdiputado nacional Eduardo Toniolli, quien vinculó la situación local con una política nacional más amplia. Aseguró que en los últimos dos años se discontinuaron una docena de servicios de trenes de pasajeros —entre regionales y de larga distancia— y advirtió sobre un deterioro progresivo en los que siguen funcionando, como la conexión Rosario–Retiro, que, según dijo, se vuelve cada vez más lenta por falta de inversiones y mantenimiento.
En la misma línea, Carlos Fernández Priotti, de la Asociación Amigos del Riel, comparó el escenario con la experiencia de los años noventa y criticó una concentración de recursos en el AMBA. Planteó que esa decisión deriva en prestaciones deficientes para el interior y en esquemas donde el Estado termina subsidiando servicios privatizados.
Durante la jornada, Toniolli también anticipó que en 2026 volverá a funcionar el Foro en Defensa del Transporte Ferroviario, que en años anteriores impulsó audiencias públicas y encuentros regionales para reclamar por trenes metropolitanos en Rosario y su área de influencia. Para los impulsores del reclamo, el regreso del servicio en 2022 —tras décadas sin esa conexión— debía ser apenas el primer paso de un plan más amplio: reconstruir una red regional que ofrezca una alternativa al transporte automotor, al que volvieron a cuestionar por la calidad de sus prestaciones.
