Con el inicio de la temporada alta, el Colegio de Corredores Inmobiliarios encendió una luz de alerta por el aumento de operaciones informales y posibles estafas vinculadas a los alquileres de verano. El mensaje central es claro: para reducir riesgos, recomiendan contratar únicamente a través de corredores matriculados, ya que cuentan con respaldo institucional y un sistema de control ante irregularidades.
“Trabajar con corredores matriculados” implica operar con profesionales que están colegiados en cada provincia y que, por lo tanto, responden ante un marco legal y ético, explicó la presidenta del COCIR, María Cristina Peracchia. Según remarcó, ese respaldo no es solo formal: ante un caso de información falsa o una defraudación, el damnificado tiene la posibilidad de realizar una denuncia y activar el Tribunal de Ética del colegio.
Pero el foco de la advertencia no se limita a las estafas tradicionales —publicaciones inexistentes, señas que se pierden o identidades falsas—. Peracchia puso el acento en un problema frecuente en el alquiler temporario: la irregularidad en el destino de uso cuando se trata de unidades ubicadas en edificios bajo régimen de propiedad horizontal.
En esos casos, explicó, no alcanza con que el dueño ofrezca el inmueble “de manera directa”. Antes de avanzar, es clave verificar si el reglamento de copropiedad del edificio permite el uso vacacional o temporario. “El reglamento es el que fija el destino”, subrayó, y advirtió que muchos alquileres se concretan sin cumplir ese requisito.
El conflicto, en esos escenarios, aparece después: cuando el resto del consorcio se opone y cuestiona la circulación constante de personas. “En vacaciones la gente entra y sale, y a la comunidad del edificio puede resultarle inseguro”, señaló la titular del COCIR, al describir una situación que suele derivar en reclamos internos y, en algunos casos, en la interrupción del alquiler.
Desde el colegio sostienen que trabajar con un corredor matriculado ayuda a ordenar esas variables: no solo por la responsabilidad profesional y el marco de control, sino también por la posibilidad de chequear condiciones del inmueble y evitar que una operación aparentemente simple termine en un problema legal o en una estadía frustrada.






















