Un efectivo de la Brigada Motorizada de la Policía de la Provincia que salvó la vida de un hombre al utilizar la pistola Taser en lo que fue la segunda vez que se acciona este dispositivo desde que fueron entregados por el gobierno a las fuerzas de seguridad, narró cómo fue la situación.
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El hecho en cuestión se registró un domingo por la mañana (hace dos semanas) en un garaje de un edificio ubicado en calle Necochea al 1600 de la ciudad de Rosario. En el lugar se encontraba un hombre alterado y que se estaba provocando lesiones con un arma blanca. Ante el riesgo que presentaba para sí y para terceros, y debido a la imposibilidad de inmovilizarlo, el suboficial Marcelo Gorosito utilizó la Taser para poder reducirlo, tras lo cual el sujeto fue inmediatamente atendido por los servicios de emergencia y trasladado al Hospital de Emergencias “Clemente Álvarez” (Heca).
“Creo que gracias a la Taser se le salvó la vida a este muchacho”, dijo Gorosito, quien explicó que “era una situación muy compleja, donde el riesgo era muy alto. En otra circunstancia hubiese demandado mucho más tiempo. Me deja la sensación de haber accionado de la manera correcta: el uso de la Taser fue indispensable en esta ocasión, porque si a él no le importaba su integridad física, mucho menos le iba a importar la de un tercero”, y reconoció que con esta nueva herramienta “ahora tenemos más poder de resolución. En otra situación no hubiésemos tenido el mismo desenlace”.
Las pistolas Taser inmovilizan a un agresor mediante una descarga eléctrica sin provocar lesiones graves, mientras que las Byrna, que funcionan con dióxido de carbono, disparan proyectiles cinéticos de polímeros que pueden contener sustancias irritantes.
El primer caso
Se registró a fines de septiembre en Rosario cuando un hombre fue detenido por agredir a su pareja, la que sufrió una descompensación y fue atendida por los policías. En ese momento llegó la hermana de la mujer, quien comenzó a increpar y agredir a los uniformados. Pese a las reiteradas advertencias, la mujer no se calmó y se lanzó encima de estos, con el peligro de quitarle su arma a alguno de ellos. Ante esta situación, una suboficial extrajo su pistola Taser y efectuó una descarga, lo que permitió reducirla rápidamente.